El amor no perjudica al prójimo

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¿Qué implicaciones para nuestra situación tiene la afirmación “el justo por la fe vivirá”?

Durante el 2019 en nuestra congregación estudiamos la epístola a los Romanos. De ésta me llamo muchísimo la atención la frase: “el amor no perjudica al prójimo”. Aunque de la epístola se resalta siempre el texto “el justo por la fe vivirá”, me pareció importante esa dimensión práctica de lo que es vivir por fe en Jesús. Porque ésta abarca la manera en la que un cristiano vive en una comunidad heterogénea.

El siguiente verso describe precisamente los grupos existentes en esa comunidad que la hacen heterogénea.

Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada. Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. 

Romanos 15.1–3 (NVI) 

Entiendo claramente que el apóstol está hablándole a dos grupos de personas que tienen distintas ideas sobre lo que es bueno, lo que esta bien en función de su fe, conciencia y libertad.  Los fuertes y los débiles en la comunidad de fe. El problema es que las acciones de unos y otros están perjudicando el bienestar de la comunidad entera. Para el apóstol, una buena acción que no considera el bienestar de la persona débil en la comunidad, se convierte en una acción que puede ser causa de daño al hermano o hermana y por lo tanto afecta la integridad de la comunidad. 

Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios.

Romanos 15.7 (NVI) 

Pablo entiende que somos un cuerpo que tiene miembros fuertes y débiles pero que al final de cuentas el bienestar de un miembro, sea fuerte o débil, promueve la unidad y salud de todo el cuerpo.

Al hacer una aplicación del texto a la realidad del mundo con el COVID-19, es claro que los débiles son los viejitos. Ahí están nuestros padres, madres, abuelos, abuelas...  También están los que tienen condiciones que comprometen su salud. Si a esto le añadimos los recursos disponibles con los que cuentan, pues el grupo en riesgo se hace más vulnerable.

Pensar que se puede ignorar la persona débil; o que peor aún se puede disponer de los más débiles o vulnerables, está fundamentalmente en contra del consejo bíblico y del evangelio que afirmamos.

Las decisiones nuestras no pueden estar fundamentadas únicamente en lo que la conciencia individual nos dicta. Sino en lo que la conciencia colectiva, “incluidos los débiles”, nos dicta.  No pueden estar fundamentadas en aspectos económicos, en las ganancias de unos pocos o en aspectos políticos.  No puede estar fundamentado ni siquiera en lo que yo siento que es correcto. Sino en lo que la palabra de Dios establece y afirma. 

Lo que la Palabra nos aconseja es que procuremos el bienestar de los débiles y no nos agrademos a nosotros mismos.  

 Pablo fue claro con los cristianos de la Roma del siglo I A.C, y con los cristianos del mundo presente.

El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento de la ley.

 Romanos 13.10 (NVI) 

 La consigna obligada es clara: “Este virus los vencemos unidos”.  Pero unidos incluye a todos y todas. No solo al sector “fuerte” de la población mundial.

 Estoy seguro que si procuramos el bienestar de los débiles, todos en nuestro mundo saldremos adelante de esta nueva crisis.  Le pido al Señor que ilumine a los gobernantes del mundo. Que le de conocimiento y sabiduría para hacer lo que es correcto y humano.

 ¡Que así nos ayude el Señor!

Pastor Miguel Lopezamor, prójimo