Nutre tu fe con esperanza 

nutretufeconespezanza

El tema de la fe es un tema muy conocido para todos nosotros. Sin embargo, a pesar de que todo lo que hacemos y decimos lo hacemos desde la fe; también es cierto que se hace necesario revisar la fe que proclamamos y afirmamos. 

La Biblia nos habla precisamente de la fe en Hebreos 11:1 

Es pues la fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. 

Si dejamos el texto aquí, bien podemos decir que tenemos fe cuando creemos que algo que esperamos sucederá simplemente porque tenemos fe. 

Sin embargo, el texto explica que de la fe que se habla se manifiesta en aquellos que han accionado creyendo y realizando lo que Dios les ha dicho que hagan. Los que han escuchado el llamado de Dios. Los que han caminado con Dios y han sabido esperar la realización de eso que Dios ha dicho que realizará. En otras palabras, lo que Dios ha prometido.   

Por la fe, Noé cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con reverencia preparo un arca para salvación de su casa, y por esa fe condeno al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que es según la fe. 

Por la fe Abraham siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia y salió sin saber adonde iba. 

Hebreos 11:7-8 

De manera que la fe cristiana esta fundamentada en lo que Dios ha prometido y revelado. Aquí notamos una relación entre accionar, moverse y esperar. La fe nos mueve; y mientras nos movemos esperamos.  

Nuestra fe no está basada en nuestras expectativas o anhelos. Sino en la obra redentora de Cristo. En la obra que salva al mundo. Que lo reconcilia con Dios.   

Otro componente de la fe es la esperanza. De manera sencilla podemos decir que esperanza es esperar el cumplimiento de la palabra de Dios, de sus promesas. Esto parece sencillo pero una cosa es creer lo que Dios ha dicho y otra cosa es esperar. Tanto la fe como la esperanza están muy relacionadas entre ellas. Pues se dice que la esperanza nutre la fe. 

Entonces hay que tener cuidado con la desesperanza porque la desesperanza nutre la incredulidad o la increencia que causan toda una serie de acciones que se desvían del camino de la vida plena, de la salvación. 

Esto lo podemos entender mejor con el texto de Apocalipsis 21:7-8 donde ubica al principio de la lista de pecados la incredulidad. Precisamente porque la persona que no espera en Dios deja de nutrir la fe y comienza a alejarse de la voluntad de Dios. También se aleja de las acciones que generan y promueven la vida. 

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 

Apocalipsis 21:8 

Por último, notemos que en Apocalipsis 21:7 habla de la persona que tiene fe y esperanza. Esta persona es la que vence. Es la que está clara en saber reconocer quién es su Dios.  Es la persona, que es quien dice Dios, que es. O sea que se reconoce como su hijo o su hija.   

En estos tiempos nutrir la fe con esperanza es esencial. Saber escuchar la voz de Dios que nos orienta a movernos o a estar quietos. A esperar que Dios haga su voluntad mientras nosotros nos preparamos para lo que viene. Que sabemos será la voluntad buena y perfecta de Dios.  

Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;  

De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,  

Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.  

¿Por qué te abates, oh alma mía,  

Y te turbas dentro de mí?  

Espera en Dios; porque aún he de alabarle,  

Salvación mía y Dios mío.  

Salmo 42:4–5 (RVR60)